Verticalidad
Debe ser porque casi no tenemos capacidad de movernos verticalmente y que el primer eje del que aprendemos espacialmente es el horizontal, que los seres humanos vivimos mucho más en esta última dimensión.
Por esto cuando “avanzamos” pensamos más en ir “adelante” que “arriba”. Sí, también pensamos en cimas cuando crecemos o en depresiones cuando caemos, pero tengo la impresión de que esto es más metafórico y lo horizontal es más literal.
Pongamos el tiempo: la concepción que tenemos los occidentales es plenamente horizontal. “Hace algunos años” se ubica “atrás” o “a la izquierda” del origen, mientras el futuro está “adelante” (o “a la derecha”).
Pero no es sólo el hecho de la ubicación de referencia sino que nuestra vida parece estar mucho definida por la duración que por lo que hacemos con ella en el único instante que podemos hacer algo: ahora (perdón, “ahorita”).
Dicen que uno es lo que hace en los próximos cinco minutos.
Dicen que la culpa vive en el pasado y la preocupación en el futuro, cuando la paz está en este preciso momento.
Dicen que la decisión más importante que uno puede tomar en el día (yo diría a cada instante) es el humor con el que quiere estar.
Dicen que importa el “p*q”1, cuando “p” es donde está el valor.
Para un creyente en el determinismo como yo, los dos ejes están definidos, pero si sobre alguno tengo la oportunidad de influir microscópicamente, es el vertical, y si no es para modificarlo, al menos para contemplarlo.
Escribo esto provocado por Marco Aurelio cuando en la mañana me decía que “la perfección moral lleva consigo que se viva cada día como si fuera el último…”. Si casi ningún occidental cuestiona el tiempo (aunque deberíamos), debemos poder encontrar principios morales universales indiscutibles también, que yo veo en esa dimensión vertical. Porque “todo ser natural se contenta con seguir prósperamente su camino”, donde “seguir el camino” es fácil pero “prósperamente” pareciera difícil.
Escribo esto luego de la actuación del día del padre de mi hija en donde la mayoría de padres se preocupaba por grabar en video todo el show y no sé si en realmente vivir el momento.
Y escribo esto recordando que hace pocos días que de casualidad salió sol en invierno, la gatita de la familia hacía espectacularmente lo que ninguno de nosotros podemos hacer: entregarse al sol y simplemente, ser.
“Es ahora” es el principal aprendizaje de la meditación, y creo de la vida.
Mejor quedaría p*t en este contexto, con “p” de potencia y “t” de tiempo, pero me provocó mezclar con el lenguaje de los negocios.